El uso de madera muchas veces está ligado a un concepto de deforestación y daño al medio ambiente, Concepto erróneo.
El mantenimiento de la masa boscosa no sólo nos proporciona madera, sino que evita problemas secundarios como la probabilidad de incendios fortuitos y la degradación de nuestro entorno, así como mejora la salud de la fauna y la flora colindante, mientras se rejuvenece la masa boscosa.
Hay que tener en cuenta, que un bosque sin tala es un bosque que envejece con el tiempo. Será él mismo el que intentará regenerarse, y es por ello cuando se producen plagas de insectos que atacan a las especies de más edad o pequeñas catástrofes que regeneran el terreno. El problema está en que cuando se produce una plaga, ataca por de forma muy similar todas las especies, o en el caso de un incendio arden todas al unísono.
También hay que tener en cuenta que la salud del bosque no está ligada a que todos los árboles sean milenarios, si no que haya una riqueza tanto de especies, como de fauna y flora. Los árboles muy altos a veces generan sombra excesiva para poder permitir una vida saludable en las partes inferiores o simplemente para permitir una buena fotosíntesis de las especies menores. La gestión y control por parte de los especialistas, es la mejor forma de permitir un futuro seguro y sano al bosque, pues la protección no se halla en abandonar su uso maderero, si no en enriquecer con las actividades que se produzcan, una alta diversidad y una riqueza ecológica. Actualmente, existen los medios adecuados para evitar cualquier tipo de deforestación en bosques que estén bien gestionados y en el PERU ya debemos implementarlos afín de cuidar nuestra Amazonia que tenemos muchas hectáreas bajo esas premisas.
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